A finales del año pasado decidí que quería hacer un reto personal de #52lunessincarne durante el año 2019 y documentarlo por Instagram. «Lunes sin carne» es una campaña a nivel mundial que motiva a las personas a eliminar las carnes un día a la semana. Se estima que un Norteamericano consume 75 libras más de carnes al año que generaciones pasadas. Esta campaña promueve reemplazar las carnes (aves, pescados, cerdo y res) por alimentos basados en plantas (frutas, vegetales, cereales y farináceos integrales, legumbres/habichuelas/frijoles y nueces). Además de beneficios a la salud, comer menos carnes es bueno para nuestro planeta Tierra.

 

Razones para yo comenzar #52lunessincarne

En octubre de 2018, la campaña «Lunes sin carne» anunció su alianza con la Fundación Nacional del Riñón para promover una alimentación basada en plantas.

Mi práctica privada, ME Nutrition, nació principalmente para atender personas con Enfermedad Renal Crónica (o Insuficiencia Renal). Ya para ese tiempo educaba a mis clientes sobre una alimentación basada en plantas. Me encantó esta alianza entre dos organizaciones importantes. Fue en ese momento que decidí practicar #52lunessincarne. Era una oportunidad de darle ejemplos concretos a mis clientes a través de fotos por Instagram. A la misma vez, quería probar diferentes ingredientes y recetas para poder recomendarlos. No es los mismo hablar de diferentes ingredientes y recetas sin haberlos probado que habiéndolos probado. Hacer comidas sin carne no era ajeno para mi y pensé que no sería algo difícil de incorporar un día a la semana. Me puse un reto adicional: no repetir recetas.

Lo que aprendí

  1. La importancia de establecer una meta y compartirla. Con esta meta he experimentado lo importante que es compartir las metas. Una vez lo publiqué en mis redes sociales no había vuelta atrás. No habría excusas. Ya había hecho un compromiso público y no iba a quedar mal. Tenía una razón muy fuerte para hacerlo. La meta era clara. Eso me ayudó a no fallar y poderlo cumplir.
  2. Hay que planificar. Los días más fáciles fueron los días que planifique mi menú (y el del resto de la familia) con anticipación. Los días que solo tenía que calentar o terminar de cocinar la comida. Cambiar cualquier hábito de alimentación requiere un plan y un tiempo de preparación. Hubo días que fui al supermercado el mismo lunes porque me faltaba algún ingrediente. Esos días fueron más estresante. Con el pasar del tiempo, me acostumbre a usar los domingos (que tenía más tiempo) para buscar recetas y prepararme para el lunes.
  3. Empezar la semana con el pie derecho. Hay un sentido gratificante de comenzar la semana bien. Evitar las carnes en mi mente tiene un sentido positivo. No siento que es un sacrificio para mi. Por eso, empezar la semana de una manera saludable y positiva ha sido una excelente manera de comenzar la semana.
  4. Aprendí nuevas recetas. No acostumbraba a tratar nuevas recetas consistentemente. Usualmente cocinaba del repertorio que conocía. Acostumbraba a guardar recetas, pero luego nunca las hacía. Ha sido una experiencia que me ha obligado a intentar esas recetas que había deseado hacer. Comer nuevos platos hacía de los lunes un día de experiencias y sabores nuevos. Las recetas en muchas ocasiones me rendían para comer en días siguientes. Así que cocinar los lunes también me ayudó a tener listas otras comidas de la semana. Algunas recetas las llegó a probar mi esposo y le gustaron. Mi hija mayor me ayudó a preparar algunas y ya me preguntaba si era para mi «lunes sin carne».
  5. Es fácil hacer «Lunes sin carne» no saludables. Me pasó en varias ocasiones que hice recetas sin carne que no necesariamente eran saludables. Podían tener muchas calorías o mucho sodio o exceso de grasas saturadas. En otras ocasiones, la comida no tuvo suficientes frutas, vegetales o fibra. Incluso, al principio del año, estuve sustituyendo con mucha frecuencia las carnes por quesos y otros productos lácteos. Esa es una de las especificaciones que hay que hacerle a una persona con Enfermedad Renal Crónica (o Insuficiencia Renal). Los productos lácteos son del reino animal. El seguir una alimentación basada en plantas (que no es solo evitar las carnes) requiere de comer más frutas, vegetales, cereales y farináceos integrales, legumbres/habichuelas/frijoles y nueces. Hay que ser muy consciente de planificar menús que te convengan según tus necesidades individuales.
  6. Comí más frutas y vegetales. Porque estaba consciente de que necesitaba suficiente fibra para sentirme llena. Las carnes dan sensación de llenura por su contenido de proteína y grasas. Si las quitamos de nuestro plato, hay que rellenar el plato de más fibra y grasas saludables que también nos dan la sensación de saciedad. Aprendí a servirme más de un vegetal en una comida. Experimenté como las comidas con mayor cantidad de fibra y grasas saludables eran las que mejor me sostenían.

Lo próximo

Planifico continuar con mis #52lunessincarne durante el 2020. Continuaré documentándolo por Instagram. Intentaré hacer más comidas a base de plantas (sin huevo, lácteos ni alimentos procesados). Haré un esfuerzo mayor en documentar el valor nutricional de cada comida. Además, quiero incorporar más comidas sin carnes durante la semana. Mi meta es por lo menos hacer una comida sin carne al día. No estoy segura aún si compartiré TODAS las comidas sin carne durante la semana. Ya veremos. ¿Qué te gustaría ver en el 2020 por Instagram? ¿Te unirías al reto #52lunessincarne? Escríbeme a menutritionpr@gmail.com

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Lee aquí: Alimentación basada en plantas la Enfermedad Renal Crónica

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