El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición que afecta la manera en que una persona se comunica, interactúa y se comporta.
Los niños con autismo suelen tener problemas sensoriales que pueden influir en su alimentación. Esto puede hacer que rechacen ciertos alimentos debido a su sabor, textura o apariencia, lo que puede afectar su nutrición y crecimiento.
En este artículo, aprenderás sobre cómo ayudar a tu hijo con autismo a tener una alimentación adecuada y equilibrada.
¿Qué es el autismo y cómo afecta la alimentación?
El autismo es un trastorno neurológico que varía en severidad, lo que significa que algunos niños pueden presentar dificultades más pronunciadas que otros. Estas dificultades pueden incluir problemas con el lenguaje, la interacción social y conductas repetitivas.
A nivel sensorial, muchos niños con TEA tienen respuestas inusuales a los estímulos, como los sonidos fuertes, las luces brillantes o, en este caso, la comida.

Problemas sensoriales en la alimentación
Los niños con autismo pueden tener lo que se llama «hipersensibilidad sensorial», lo que significa que perciben ciertos estímulos de manera más intensa que otras personas. Por ejemplo, un alimento con una textura suave como el puré de papas podría parecerles desagradable, o el olor fuerte de ciertos alimentos podría hacer que los rechacen.
Esta sensibilidad puede hacer que los niños con autismo sean muy selectivos con lo que comen. Es común que solo acepten pocos alimentos, lo que puede llevar a una dieta limitada y, en algunos casos, a deficiencias nutricionales.
Para los padres, esto puede ser frustrante y preocupante, ya que asegurar una dieta equilibrada es clave para el crecimiento y desarrollo del niño.
Desafíos comunes en la alimentación de niños con TEA
1. Selectividad alimentaria: Muchos niños con autismo tienen una lista limitada de alimentos que están dispuestos a comer. Pueden preferir alimentos de un solo color o de una textura específica, como crujiente o suave.
2. Rechazo de ciertos olores: Los niños pueden rechazar alimentos simplemente porque no les gusta el olor, incluso si no lo han probado antes.
3. Problemas para probar nuevos alimentos: Introducir nuevos alimentos a la dieta de un niño con autismo puede ser un desafío, ya que pueden resistirse a cualquier cambio en su rutina.
Estrategias para mejorar la alimentación
Para muchos padres, ayudar a su hijo con autismo a probar y aceptar una variedad más amplia de alimentos puede parecer una tarea difícil, pero hay estrategias que pueden ayudar:
– Desensibilización sensorial gradual: Puedes intentar exponer a tu hijo lentamente a nuevas texturas y sabores ofreciéndoles una pequeña cantidad en conjunto con sus alimentos favoritos (alimentos seguros).
– Crear una rutina estable: Los niños con autismo suelen sentirse más cómodos con las rutinas. Establecer horarios regulares para las comidas y evitar distracciones mientras comen puede ayudar.
– Ofrecer una variedad limitada pero balanceada: Si tu hijo solo come pocos alimentos, intenta asegurarte de que esos alimentos cubran diferentes grupos nutricionales, como proteínas, carbohidratos y grasas saludables.
Dietas especializadas: ¿son efectivas para niños con autismo?
Algunos padres de niños con autismo optan por intentar dietas especializadas para ver si mejoran los síntomas. Las dos dietas más comunes son la dieta libre de gluten y caseína y la dieta cetogénica. A continuación, explicamos cada una.
Dieta libre de gluten y caseína
El gluten es una proteína que se encuentra en los granos como el trigo, la cebada y el centeno. La caseína es otra proteína que se encuentra en la leche y los productos lácteos.

Algunas personas creen que eliminar estos alimentos de la dieta de un niño con autismo puede mejorar su comportamiento o reducir algunos de los síntomas del autismo.
Un metaanálisis (2022) con solo 297 participantes publicado en Nutrition Reviews encontró que esta dieta puede reducir comportamientos estereotipados y mejorar la cognición en niños con TEA.
Otra revisión sistemática (2021) con solo 143 participantes publicado en Nutrients no encontró efectos significativos de esta dieta en los síntomas centrales del autismo reportados por clínicos, el nivel funcional reportado por los padres o las dificultades de comportamiento.
La evidencia actual no es suficiente para recomendar de manera generalizada la dieta sin gluten y sin caseína para niños con TEA. Se necesitan más estudios de alta calidad y a mayor escala para determinar su eficacia y seguridad.
En adición, eliminar alimentos con gluten y caseína puede reducir aún más la lista de los alimentos aceptados por su hijo/hija.
Dieta cetogénica
La dieta cetogénica es una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos. Este tipo de alimentación hace que el cuerpo use las grasas como fuente principal de energía en lugar de los carbohidratos, lo que provoca un estado llamado cetosis nutricional.

Esta dieta se ha utilizado para tratar la epilepsia en niños, y algunos estudios han explorado sus beneficios en niños con autismo.
Algunos beneficios que se ha reportado en la literatura científica son: mejoría en los síntomas centrales del TEA, como la sociabilidad y los comportamientos repetitivos, en algunos niños (1), cambios en el microbioma intestinal y reducción en los niveles de citocinas proinflamatorias (2). De igual forma, se requiere más investigación para confirmar su eficacia y seguridad a largo plazo.
Cabe mencionar que esta dieta es muy restrictiva y debe ser supervisada por un profesional de la salud. Alimentos que se incluyen en una dieta cetogénica:
– Carnes y pescados grasos como el salmón
– Aguacate y Aceites como el aceite de oliva, aguacate o coco
– Vegetales como brócoli, zanahoria, coliflor
Debido a lo estricta que es la dieta cetogénica, no se recomienda sin la guía de un especialista, ya que podría causar deficiencias nutricionales si no se maneja adecuadamente.
El trabajo en equipo: la clave para mejorar la alimentación
Mejorar los problemas sensoriales y alimentarios de un niño con autismo no es tarea de un solo profesional. Un equipo de especialistas puede hacer una gran diferencia en la vida de tu hijo.
Patólogos del habla, terapistas ocupacionales, especialistas en integración sensorial y psicólogos pueden ayudar a abordar los problemas sensoriales que dificultan la alimentación. Estos profesionales trabajan con técnicas que desensibilizan gradualmente al niño a los estímulos sensoriales que le resultan incómodos.
Además, estos profesionales colaboran con el nutricionista dietista para crear un plan integral que no solo aborde los problemas nutricionales, sino también las barreras sensoriales.
El papel de los padres es esencial. Seguir las estrategias recomendadas por los especialistas en casa es clave para avanzar en el desarrollo del niño.
Incorporar nuevas técnicas en la rutina diaria de alimentación y mantener una comunicación constante con los profesionales te ayudará a ver resultados más rápido y de manera más efectiva.
La importancia de una alimentación individualizada
Cada niño con autismo es único, y lo que funciona para uno puede no ser adecuado para otro. Esto incluye tanto la dieta como cualquier tipo de suplemento. Es por eso que es fundamental trabajar con un nutricionista dietista pediátrico para desarrollar un plan de alimentación que sea seguro y efectivo para tu hijo.
Recuerda que lo más importante es asegurar que tu hijo esté recibiendo los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse de manera saludable. No todos los niños con autismo tendrán los mismos problemas alimentarios, y las soluciones variarán según las necesidades individuales.
Conclusión
Alimentar a un niño con autismo puede ser un reto, pero con la orientación adecuada, puedes ayudar a que tu hijo reciba una dieta equilibrada que apoye su crecimiento y bienestar.
Cada niño es diferente, y un enfoque personalizado es clave para asegurar que tu hijo tenga la mejor nutrición posible.
Si te preocupa que tu hijo esté recibiendo una dieta limitada o poco saludable, reserva una cita virtual o presencial con nuestra nutricionista dietista pediátrica, la Lcda. Ismarie Raldiris. Acepta los siguientes planes médicos: MCS, MMM vital